lunes, 27 de julio de 2009

Lunes de resaca


Como ya dije hace unas semanas, he estado viendo la serie de televisión Mad Men, ambientada en una empresa de publicidad en los Estados Unidos de Kennedy. Una de las cosas más interesantes de esta serie es ver cómo nace la publicidad que ahora entendemos como normal. La publicidad en la que se comienza a prohibir decir mentiras para vender productos. La publicidad en las pausas de las películas. La de las camisetas de los equipos de fútbol. Y la encubierta dentro de las serie de televisión.

Yo tengo grabada en la cabeza una secuencia de la serie "Médico de Familia" en la que la familia Aragón desayunaba copiosamente en la mesa de la cocina. Los cereales, los bricks de zumo, la mantequilla y el pan de molde tenían sus etiquetas perfectamente orientadas para ser captadas por la cámara. La botella de leche tenía un esparadrapo tapando la marca. ¿En qué momento y quién decide meter marcas dentro de tramas? ¿En qué momento, como espectador, te das cuenta de que estás viendo un anuncio ficcionado?

Me he leído el libro de S. Larsson "Los hombres que no amaban a las mujeres". Y mi principal sorpresa con el libro (el primero de una trilogía) ha sido que me ha parecido absolutamente normal. Nada en él me gusta ni me disgusta demasiado. Y no toca temas de los que suelen tratar los best-seller como sí lo hace "El código Da Vinci" o "Los pilares de la tierra". No es ni mejor ni peor que mucho de lo que escribieron (en muchas menos páginas) Agatha Christie o Montalbán. Entonces ¿Cuál es el secreto del éxito de este libro? Me dicen que la muerte del escritor ayuda. Que la casualidad puede tener que ver. Y que hay una fuerte campaña publicitaria detrás. Y es esto último lo que (siendo evidente) me lleva a otra pregunta: ¿Y por qué sobre este libro y no sobre alguno de misterio esotérico-histórico mucho más vendible?. Y se me ocurre una posible respuesta: Este libro lleva publicidad dentro. Publicidad que ha ayudado a que se conozca por todos lados la muerte del escritor. Y publicidad que ha pagado la campaña de promoción. Quizá hayan tenido el acierto de invertir en algo que engancha. Y la suerte de que en el metro de Madrid dos de cada tres lectores lleven uno de los libros de esta trilogía "de culto" bajo el brazo. Pero creo firmemente que el hecho de que todos los "buenos" del libro usen artilugios tecnológicos Apple (descritos con todo lujo de detalles) y que el "malo" (el que desde el principio es malo, no estoy contando el final a nadie) los emplee de Microsoft no es casual en el libro más comprado de este año.

4 comentarios:

  1. madre mía Luis!! me dejas pasmadísima!!

    insisto... !!lo que me estoy perdiendo por la puñetera gripe!! ;))

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  2. una sevillana30/7/09 2:09 p. m.

    te lo diría pero... lo mismo no te enteras porque... estabas poquitín sordo no?? ;))

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  3. Bueno, puede que sea publicidad encubierta, pero alguien que después de probar un Mac sigue con PC... es que tiene algo raro en el cerebro, tan malo como para ser el "malo" de una trilogía.

    :P

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