lunes, 16 de mayo de 2011

Manías (II): Los Villancicos


Mi manía: Los Villancicos. No creo que gusten demasiado a mucha gente, pero para mí están en el Top 5 de motivos por los que sería Sordo (y no Mudo). No es lo que la Kriptonita para Supermán o lo que Bisbal para un Heavy, pero me parecen francamente siniestros. Son especialmente dolorosos de escuchar cuando los cantan muchos niños al mismo tiempo (ver foto). En especial "El Tamborilero".

Motivo: Creados para poder ser cantados por todo el mundo y para ser repetidos una y otra vez, consiguen ser las peores canciones que uno tiene en la cabeza sin que gusten. Y que, no como las de Georgie Dan, cada año se repiten. No se diluyen entre otras peores pero más novedosas, como sí pudiera pasar en los 40 principales. Todo esto por no limitarme a decir simplemente que por ser la banda sonora de las Navidades.


¿Por qué manía?: Porque no llega a fobia, pero sí que ha hecho que me salga de más de una tienda. Y porque no se me ha ocurrido nada mejor. No leerme las contraportadas de los libros no tenía empaque suficiente.


Bonus Track: Dicen que los trabajadores de El Corte Inglés cobran un extra en Navidad por escuchar todo el tiempo villancicos.

7 comentarios:

  1. Para estas cosas te vendrían bien tener párpados en lo oídos

    ResponderEliminar
  2. Coincido en lo dañino que es el villancico. Pero, ¿y cuando esa tonadilla cae en manos de un desalmado Dj que le pone una base electrónica y lo edita en forma de extravagante fantasía techno navideña? Yo pensaba que esas aberraciones servían únicamente para animar fiestecillas de clase de primaria o como hilo musical de establecimientos de dudosa categoría, pero me temblaron hasta las enaguas cuando la pasada navidad los ponían mis vecinos a "tó pescuezo", supongo que para contagiar al resto del edificio su espíritu lúdico-pascual. Y eran una pareja relativamente joven (mis vecinos).
    No imagino a nadie buscando villancicos techno en la sección de música del Eroski, o peor, descargándoselos con el Emule.

    ResponderEliminar
  3. Párpados en los oídos. Prometí no volver a decirlo, pero has sido tú. Cuan útiles en la tesitura de pesadilla que nos cuenta Hombre Malo. Reconozco no haber escuchado nunca un villancico techno, pero de pensarlo me entran ganas de invadir Gibraltar, Andorra y San Marino en ataque coordinado y simultáneo.

    ResponderEliminar
  4. http://www.youtube.com/watch?v=NALWX05-YHo
    No os digo más

    ResponderEliminar
  5. Alicia: me la estoy escuchando entera, no sin cierto estremecimiento (de los chungos), y no puedo evitar visualzar a un Santa Clós anoréxico, con el traje ceñidísimo al cuerpo, afeitado, con el pelo de punta y un pendiente de brillante en la oreja, bajando de un trineo tuneado con alerones, luces moradas en los bajos y tribales en los laterales, con los ojos abiertos como el dos de oros y la mandíbula en constante movimiento, repartiendo entre sus duendecillos MDMA y LSD y GHB y todas esas drogas que son siglas, o siglas que son drogas, vaya usted a saber.
    Navidades pokeras, el Niño ha nacido en un polígono del extrarradio, San José es camello de farlopa, María (sin eso de virgen) lleva mallas ajustadas, deportivas y unos enormes pendientes de aro, y los tres integrantes de Camela ofrecen al Niño sus presentes: oro (en forma de gruesas cadenas, anillos y pendientes), incienso (de ése de aliñar los cigarritos) y birra.

    ResponderEliminar
  6. Hombre malo, qué grande.

    Mudo.

    ResponderEliminar
  7. Para esto, los reyes son los sudamericanos y sus navidades reggetonianas. Aún recuerdo ese intento de romantica siesta aderezada con unos altavoces, creo que de procedencia vasca porque no es que se oyera mucho lo que salía de ellos, si no que se oía mucho... estando en el edificio de enfrente. Say goodbye to any possible glamour.

    Quiero ser duendecillo del Santa Clós de Hombre Malo por los siglas de los siglas...

    ResponderEliminar