martes, 12 de octubre de 2010

... y sin embargo el día es perfecto


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Llevo tres semanas y media encerrada en esa islita que podéis ver entre Es Castell y La Mola. Y además currando.

Es el Lazareto de Mahón. Lugar donde tenían que parar forzosamente todos los barcos que accedían a la península desde el este y que, según de donde vinieran, igual se tenían que quedar en cuarentena aquí, para morirse de lo que no tenían (aun).

La única forma de entrar/salir de aquí es en un barquito, que pasa cada hora. Pero esta noche la tormenta ha sido tal, que el barquito se ha roto. Nosotros no podemos salir... y la comida no puede entrar.

Como es fiesta, no creo que nadie venga a arreglar el barco, pero nosotros tenemos que currar.

El cielo está negro como los cojones de un grillo, sigue cayendo la del pulpo y yo tengo un catarro para el que no encuentro animal de comparación... (ni klinex)

... y sin embargo el día es perfecto.
Todos sabemos que queda cerveza en el bar.

4 comentarios:

  1. Y tienes que esperar a un día de este tipo para postear? Anda, que tu tambien...
    La historia es digna de ser un preludio de Lovecraft, pero lo de las borlachas de los grillos me ha dejado con el ojete sin raya.
    Menos mal que Baco te acompaña.

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  2. ¡Hey! En Es Castell estuve yo una semana este agosto.

    Pero claro, creo que el panorama era otro...

    Ánimo.

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  3. Si no teneis comida simepre te puedes comer los mocos...Me he pasado.

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  4. Da para una película. Pero española, porque lo de que no haya comida y sí cerveza, es muy nuestro.
    Seguro que hay partidas de Poker en las que os jugáis el tabaco.
    Acontecimientos turbios al alba y amaneceres con hormigas en la boca.

    Y es que ya lo dice mi amigo Juanda cada vez que llega la hora de pasarse de las cervezas a las copas y yo insisto en otra Mahou: "Cuidado, demasiada cerveza embrutece"

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