lunes, 4 de octubre de 2010

El mundo después del cumpleaños / Hablando del asunto


Hace un año me leí "Tenemos que hablar de Kevin" y ya recomendé por aquí su lectura.
El sábado me terminé el siguiente libro de la misma autora "El mundo después del cumpleaños". 700 páginas de enganche en las que tras su trama se habla mucho de la pareja, el sexo (dentro y fuera de la pareja y no necesariamente compartido), el destino, las consecuencias de las decisiones que se toman, la subyugación a otra persona, los conflictos internacionales y el snooker. Porque la historia no deja de tratar sobre un triángulo amoroso, pero la autora tiene el detallazo de enmarcarlo bien: en un Londres visto por una americana que es ilustradora de libros infantiles; cuya pareja es analista político y un tercero jugador profesional de snooker.

Este libro me ha recordado a otro sobre triángulos amorosos que me gustó bastante, y que es igualmente fácil de leer. "Hablando del asunto" (Julian Barnes). Las formas varían de uno a otro. Y en este otro libro destaca que la historia está contada en primera persona, pero por cada uno de los protagonistas. Cada capítulo supone una nueva perspectiva de qué está pasando. Y sin la de los tres, el lector no sabe qué ocurre en realidad.

Recomendados quedan.

2 comentarios:

  1. Ah, pues tienen buena pinta. El de "Hablando del asunto" me recuerda en la forma a un libro japones de 1915 llamado "Rashomon". Cuenta una historia violenta dentro del marco de la decadencia de las tradiciones contada por los cuatro protagonistas y sus diferentes visiones de lo ocurrido.
    En 1950 Akira Kurosawa lo llevo al cine. A primera vista parece interesantisimo, pero lo que es la película, no me convence.

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  2. "Hablando del asunto" no cuenta lo mismo tres veces desde diferentes ángulos. A lo mejor hay 30 capítulos (no sé) y el lunes por la mañana lo cuenta uno de los protagonistas, el martes otro, el miércoles se juntan y de esa reunión hablan los tres en su capítulo... Y hablan de cosas que solo les pasa a cada uno de ellos. Vamos, que no es una lectura por triplicado, sino una forma de que la trama avance sin que sólo haya una mirada.

    Y sí, Rashomon se hace árida. Yo sospecho que hay películas que o las ves en el cine y con la actitud y predisposición que ello supone, o mejor no verlas en pantallita. Lo que no sabía es que se basaba en un libro.

    Mudo

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