miércoles, 14 de marzo de 2012

Momentos estelares de lo cotidiano

1. Despertar a mitad de la noche con sueño y descubrir que nos queda un buen rato durmiendo.
2. Que suene el despertador cuando ya estás despierto y despejado.
3. La primera meada.
4. Encontrar dinero olvidado en el bolsillo de una chaqueta.
5. Aparcar antes de decidir que tenemos que buscar dónde.
6. Comer bien donde rara vez dan buena comida o comer algo que creías que no te gustaba y descubrir que estabas equivocado.












7. Café al sol.
8. Las canciones de después de trabajar: siempre suenan bien.
9. Llegar a casa y darte cuenta que no tienes que cocinar porque el día anterior hiciste comida de más.
10. Apagar el extractor del humo.
11. Que te encuentres por casualidad en la tele una de esas películas que sin saberlo nos apetecía mucho ver.
12. Que te caiga un buen plan del cielo cuando comenzabas a tocar el aburrimiento.
13. Poner la cara en la almohada y saber que no va a haber insomnio.

10 comentarios:

  1. 11. Llegar a casa y darte cuenta que no tienes que cocinar porque el día anterior hiciste comida de más.

    12. Que te llame alguien con un buen plan cuando estás en el más absoluto aburrimiento.

    13. Comer algo que antes no te gustaba y darte cuenta que está riquismo!

    14. Despertarte sin la sensación de estar tróspido.

    15. (para los que pueden, como yo) El primer vaciado de estómago de la mañana.

    Lo siento pero he de puntualizar el primer punto: Despertar a mitad de la noche y descubrir que nos queda un buen rato durmiendo. Esto es maravilloso si sabes que te puedes volver a dormir. Si es de esos días que sabes que va a ser imposible, se puede convertir en una magnífica maldición.

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  2. Añadidas quedan, excepto el palabro tróspido y lo del vaciado gástrico. Para mí sería señal de mala noche.

    Si la gente deja por aquí sus aportaciones hacemos otra parte.

    Lo de encontrarse comida del día anterior hace que haga claqué en la cocina.

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  3. - darte cuenta de que es viernes, cuando estabas convencido de que era jueves
    - tirarte un triple y que cuele
    - entrar en la cocinita del curro y que alguien haya hecho ya el café
    - el sabor de la primera fresa de la temporada
    - el olor a tierra mojada justo antes de llover (o una tormenta en verano, a mi me mola)
    (las dos últimas, más que cotidianas, estacionales)

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  4. "Apagar el extractor de humo" me ha encandilado.

    -Comer a tiempo para ver "Saber y Ganar" en el sofá con el café y el cigarrete (en mi casa, de mis padres, se come muy tarde).

    -Ducha vespertina y sábanas recién puestas.

    -Bajar de mi casa, de mis padres, y cruzarme en el portal con la maciza del Bajo B que ha sacado la basura en pijama.

    -Estar haciendo cosas al ordenador, hacer un receso y descubrir apoyado en el cenicero medio porro aún por fumar (se parece a encontrar comida del día anterior, pero en dimensión fumeta).

    -Poner la radio del coche y que suene una canción antigua de Siniestro Total. Y por supuesto cantarla a grito pelao.

    En otro orden de cosas, el palabro "tróspido" me gusta lo más grande. Además de lo esdrújulo que es, la combinación de consonantes la encuentro abrupta pero elegante, de un toque hasta científico, fíjense.

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  5. -Acostarte temprano un Sábado y (medio) madrugar el Domingo y ver que tienes toooooodo el día a tu merced.

    -Seguir encontrando entradas en el blog y comentarios jocosos. A mi me chifla.

    El olor a tierra mojada es un +10 en carisma. Ahora, lo del café en la cocinita... en mi caso le pueden dar por el bull.

    Think Tróspido.

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  6. Habrá que ordenarlas uno de estos sábados para que queden dónde merecen. Cuando estoy triste enciendo y apago el extractor.

    Hay acuerdo en la sorpresa por descubrir "restos" propios (dinero, comida u otros) inesperados.

    Hay posibilidad de hacer un "momentos estelares estacionales": Añadiría a la tierra mojada el primer día que de tu boca sale vaho, aquel en el que se vuelve a dormir tapado, en el que ves que el gazpacho ha ganado status en el supermercado o que lo ofrecen en el menú del día o en el que abren los cines de verano.

    Hay posibilidad de que Alicia y yo hagamos un "especial (nuestro) curro".

    Lo de aprovechar los fines de semana nos define generacionalmente.
    Lo de encontrarse a la vecina cañón, en mi caso, fue sorprendente descubrir a dicha vecina (ella 3ºizquierda, yo 1º derecha) estaba comiéndole los morros a Casillas en el ascensor: Era Sara Carbonero. Y hasta ese momento era el pibón del edificio (AKA "la periodista" para la presidenta "a lo Putin"* de la comunidad))

    *El presidente era yo, y no fui nunca a ninguna reunión aduciendo ser Gulliver y argumentando "vota por dos".

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  7. Voy con apagar el extractor, qué alivio, y subo con el pellizco de currusco que le robas a la barra en el trayecto de la panadería a casa.
    Para los estacionales, guardo el momento en que te quitas las botas llenas de barro después de una caminata, y y tus manos siente ya la taza llena de caldo caliente.
    Ainara.

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  8. Ainara, me has transportado a tiempos y lugares que tenía ya muy enterrados... Sí, el currusco y las chiruca...
    Me encanta el post. He sonreido con cada momento (llevo 2 vinos encima, y todavía qme queda toda una larga tarde de trabajo, quizás sea eso).

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  9. - Salir a la calle en pleno enero y que haga un sol de justicia después de dos semanas casi en la penumbra.

    -Llegar a casa de tu madre cuándo llevas tres meses sin presentarte por allí y degustar esos ricos manjares que sólo ella sabe hacer.

    -De pequeña, cuándo llegaba tarde y pensaba que iban a caer ostias a cascoporro, sentía que me habían mirado los dioses cuándo descubría que mis padres ni siquiera se habían dado cuenta.

    -Ganar a windows después de horas de combate (esta me da mucho gusto, lo que más)

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  10. Intentaré en un momento de pena juntar todos estos momentazos. Algunos son cotidianos, otros puntuales, otros existenciales, otros estacionales, otros regionales.

    Y mi favorito es llevar dos vinos y tener que trabajar. Nunca lo he hecho. Prometo que lo intentaré.

    Anónimos, salid del armario. Por más pistas que haya.

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