miércoles, 24 de octubre de 2007

Conan el Bárbaro


El cine que se hace en un determinado momento más el tiempo que pasa hasta que lo vemos tiene estas cosas. Se rueda una película de aventuras. Aunque sea de época, la dirección artística del momento en el que se hace impregna el conjunto. Los efectos especiales se quedan desfasados. Y las expectativas del espectador cambian totalmente. Resultado: Aventura ochentera, de técnica a día de hoy cutre que termina por provocar más risas que embargo. Conán el Bárbaro es ya una película de comicidad involuntaria. Como esa gente que lleva la gracia dentro y no de forma pretendida. Y en este foro en el que se recomienda lo bonito, nada lo es más que reír, aunque el que cuenta no lo pretendiera. Salpicada de momentos antológicos (como ese Arnold mirando al infinito sentado en unas escaleras en medio del páramo con cara de: Conan dice NO a las sectas, o Jorge Sanz haciendo de joven Conan) y con la interpretación más limitada que he visto, de un actor que era culturista (y hoy es cómico), Conan el Bárbaro gusta y deja con enormes ganas de ver la segunda parte. Os mantendremos informados.

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