La BBC siempre fue la mejor en esto de contar cosas. Hasta cuando el inglés se entiende de aquella manera. Qué gravedad de voz. Qué preciosas imágenes en las que las estrellas de mar escapan de un dedo de hielo.
Pinchando sobre la imagen llegáis al vídeo. Refresca como una canción de Elvis en días de resaca.
Vía F.S. Alonso (lector del blog y amigo)
Pinchando sobre la imagen llegáis al vídeo. Refresca como una canción de Elvis en días de resaca.
Vía F.S. Alonso (lector del blog y amigo)
"Y ya paro con los timelapses" dijo el conejito azul antes de meterse en la madriguera y entender el mundo que había dejado atrás.
ResponderEliminarMuy chulo y muy suicidas algunas estrellas de mar. La imagen del "ice finger" (hay quien finge) de cerca congelándose es brutal
Qué preciosidad. Y es súper gracioso ver a las estrellas de mar moverse a cámara rápida.
ResponderEliminarEn el link de los famosos con famosos he echado en falta la famosa instantánea de Bertín Osborne con los Manowar.
Lo de los "Timelapses" es verdad. Aunque en mi defensa diré que lo visto puede ser considerado cámara rápida de toda la vida, como dice perfil de water.
ResponderEliminarSea como sea, me pareció brutal. Y sólo así se puede enseñar. Y que haya estrellas suicidas me llena de inquietud: ¿Qué motivos tendrán?
Los famosos molando. Bertín Osborne. Acabo de ver que no es broma. Dios. ¿Versionaron los Manowar algo de Bertín o fue al revés?
Mudo
Lo de Bertín y Manowar al parecer es que coincidieron en un hotel, y la madre de uno de los fornidos metaleros, de ascendencia latina, es por lo visto muy fan del señor Osborne (que no olvidemos que hizo carrera musical cantando rancheras... bueno, si, mejor olvidarlo) y fueron los propios encuerados del metal los que solicitaron fotografiarse junto a nuestro simpar playboy.
ResponderEliminarSea como fuere la foto es una eclosión de bizarrismo.
Está claro, esas estrellas tenían sus ahorros en Bankia.
ResponderEliminarLo de Bertín con Manowar es tan bizarro como Pavarotti cantando con Sepultura que, curiosamente, cohabitan en mi cabeza como el cola-cao con galletas. Si pienso en uno, aparece el otro y viceversa.