Películas alegres para días tristes (I)

No hace falta que acaben bien. Ni necesariamente tienen que ser comedia. Son simplemente películas de las que se sale un poco más contento de lo que se entra. Todas ellas me gustan. He intentado que no sean muy, muy conocidas (ni pixar, ni cantando bajo lluvias ni Miss Sunshines) y que todas se vean con facilidad.


Para aquellos que este fin de semana no quieren salir de casa porque en los bares ha comenzado a oler raro.

A. Género pueblo-de-gente-entrañable-y-con-buen-corazón:

1. Café Irlandés: Una familia irlandesa se enfrenta al embarazo no deseado de una de sus hijas. Sin que deje de ser creíble, la familia entera es para comérsela, y el bruto del padre es el mejor.

2. La gran seducción: Un pueblo lleno de desempleados es elegido para albergar una fábrica. Sólo piden que el pueblo cuente con un médico. Y el que hay solo está de paso. Una de esas películas que bordean el telefilm sin caerse en él. Como las de Frears.

3. Despertando a Ned y El jardín de la alegría (más flojas que las otras dos, pero en la misma línea).

B. Animación que me provoca mucha ternura:

1. Wallace y Gromit: La maldición de las verduras. Oscar a mejor película de animación 2006. Ver foto. Ver con o sin niños.

2. Mi vecino Totoro (por tercera vez la recomendamos)

C. Todo el mundo es bueno (Porque tiene sus motivos):

1. Días de Radio. De Woody Allen sin Woody Allen.

2. El Cielo abierto. O la historia de una especie Belén Esteban que te cae bien enamorándose del psiquiatra de su hermano yonki rodada antes de que Belén pisará la televisión.

3. Una historia verdadera. David Lynch rueda un argumento que cabe en un post-it.