Eso que siempre nos decepciona...

Aquí va la más ecléctica lista de hechos, personas, comidas y cosas que a uno siempre le decepcionan. Con el valor añadido de que solemos recaer en ello.
Los cinco primeros son míos. Los tres siguientes (6,7 y 8) de Alicia. Y si os animáis a incorporar decepciones razonadas en comentarios las voy metiendo en el post. Allá vamos:

1. Los filipinos de chocolate. El chocolate que los rodea sabe a poco y no especialmente bien. Lo de dentro está duro. Y siempre tiene uno en la cabeza a los donettes.

2. Los bolígrofos pilot: Hay talibanes de su uso. Y los que vivimos del boli ajeno, antes o después arramplamos con un pilot. Siempre me digo que debe ser más fácil y agradable escribir con él. Y nunca lo es. Además, mi letra enfeece mucho cuando escribo con ellos. El de color rojo es especialmente decepcionante.

3. Amenábar: Todavía no he visto una película suya sabiendo que es suya que no me haya decepcionado. Tesis es prometedora. Y por su culpa el resto son decepcionantes. Ahora bien, he pagado las entradas de las demás como los que son fans.

4. Las peluquerías: Se que es un aforismo que nunca sales contento cuando entras a un lugar a cortarte el pelo. Pero mi caso es el que podría presentarse como prueba en un juicio. Hagan lo que hagan, dos semanas después de ir a la peluquería mi pelo siempre es el mismo. Pues no hay huevos de que salga yo contento de una peluquería. Y lo más inquietante es que aún así suelo repetir.

5. La "Bomba" Navarro: El Butragueño del baloncesto. El curro Jiménez de la selección. Juro que jamás le he visto un buen partido. Y mira que no me cae mal (entre otras cosas porque se parece a un amigo mío cuando no llevaba barba de atrezzo). Quizá sea yo quien con mi presencia le de mala suerte.

6. Las fiestas de fin de año: Tal vez esta es una decepción en flashback porque a estas edades ya no decepcionan, ya sabes lo que te vas a (no) encontrar. Pero en aquellos tiempos, empezabas a pensar y planificar la fiesta a mediados de noviembre y simplemente acababa siendo una sucesión de dos colas, perdón, filas: la del ropero y la de la primera copa. Superadas las filas, ya era la hora de ir chapando.

7. Los pantalones del verano pasado: esta es una decepción de marcado caracter de género. Hablo de eso pantalones que encontraste de chiripa y que te hacian sentir estupenda/o, realzando lo que había que realzar y escondiendo todo lo demás. Los guardaste para seguir triunfando otros veranos y luego te encontraste que se han biodegradado o algo, es la única explicación de que te queden tan mal.

8. Las siguientes temporadas de los Serrano: Si, los Serrano, serie de culto solo comparable a los Soprano. Yo me partí la caja con la primera temporada, esperé con ilusión la llegada de esos nuevos capítulos y dejé de entender qué fue lo que me hacía tanta gracia.

9. La copa de Danone (J.): Ni está bueno el chocolate, ni tiene consistencia la nata. Y, las pocas veces que te acuerdas de ello y te de por mezclarlo, la nata desaparece.

10. Tu voz grabada (K.): ¿Por qué siempre suena peor desde fuera? En mi caso me da la sensación de que hablo con la nariz.