Después de la decepción que supuso ver la serie de anime Monster, que me habían recomendado como serie maravillosa, empecé a pensar que los japoneses eran muy buenos haciendo series tipo Caballeros del Zodiaco o Dragon Balls pero cuando trataban de hacer algo más serio, se volvían muy horteras e igual de cansinos como cuando Oliver cruzaba un campo que, más que de futbol, parecía de flashbacks.
Me puse a ver esta serie después de varias recomendaciones ajenas (filmaffinity) y viendo que eran solo trece episodios. Dije “bueno, si es una mierda, es una mierda de trece episodios y no de setenta y cuatro como Monster” (si, estoy dolido con Monster). Me encontré con una serie que técnicamente es muy buena, que te atrapa porque cuando crees que va a ir por un lado, comienza a ir por otro y porque cuando los japoneses no son unos horteras, se vuelven peor que David Lynch.
La serie trata de una diseñadora que en un momento de máximo estrés, es atacada por un niño con patines y un bate ligeramente doblado. A partir de ahí se desarrolla la historia alrededor de los ataques producidos por dicho niño que por momentos crees que es algo que luego no… o si. En el caso de que os dé por verla, os digo que después del ending hay una especie de preview del episodio siguiente en forma de extraña profecía que hace que la serie sea aún más extraña si cabe.
Dejo el opening, que ya es bastante esquizoide.
La intro es bastante inquietante. Tanta gente que se ríe en circunstancias Davidlynchianas: Una vieja con bolsas de la compra en una mesa de restaurante pijo o un gordo en camisa hawaiana sobre la cumbre de una montaña. Niños que se parten justo antes de un tsunami. Otra que lo hace después (mientras muere, ¿no?).
ResponderEliminarQué mal rollo de repente.
Mae mia, jajajajaja, to la paranoya ¿aHabeHh..?
ResponderEliminarCasualmente mira lo que he encontrado en el muy recomendable blog de mi colega Pablo: http://fortalezaescondida.blogspot.com/2010/08/satoshi-kon-1963-2010.html
ResponderEliminarPues si, es una pena. Y si, el blog está muy bien.
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