De Alicia a Gaby (con amor)

Que quede claro: aquí no hay tema. Dos adultos jóvenes con serios compromisos que no se han visto nunca, tienen opiniones opuestas sobre el mundo de los monólogos. Él los odia. A ella le gustan. Él expresó su hartazgo. Ahora ella me pide que ponga este monólogo por aquí. Y que Gaby esté especialmente atento a dos momentos del monologuista: El sonido de los hielos en un vaso y a la mirada que lanza hacia su espalda después de escuchar la posibilidad de usar una nuca como cenicero.
Porque, hermanos, el amor es una palabra en la que cabe todo. Y si Alicia es capaz de venir a trabajar con chándal y tacones, Gaby debería hacer el intento de reirse con esto. Que yo lo vi a cuatro patas andando por el boulevar de recoletos a las 7 de la mañana... hace 12 años. Adultos jóvenes, sí.