Alucinación, e Hijas

La RAE define (crípticamente) alucinación como Sensación subjetiva que no va precedida de impresión en los sentidos. Vamos, que nuestra cabeza registra lo que nuestros sentidos no han captado. O lo registran de una manera deformada. Y psiquiátricamente define alucinación el hecho de que aquel que alucina, da por cierta esta percepción cerebral equivocada. No sólo veo todo verde, sino que creo que todo es verde, y en consecuencia actúo. Alucinar es un hecho patológico salvo en algunas excepciones como las relacionadas con el sueño: Las alucinaciones hipnopómpicas y las hipnogógicas. Las primeras se producen entre el sueño y la vigilia, las segundas entre la vigilia y el sueño. Las hipnopómpicas tienen un papel importante en la creación de nuestros sueños y coinciden con uno de los momentos de más placer cotidiano: quedarse dormido; las hipnogógicas se nutren de pesadillas y sueños. Y acaban en la ducha.
Alucinosis es un equivalente a una alucinación con la salvedad de que la persona que lo sufre es consciente de que lo que sus sentidos perciben no se corresponde con la realidad. Es una alucinación con conciencia de ella. Es decir, ves el célebre elefante del pasillo y sabes que lo ves al tiempo que sabes que no deberías verlo. Es un síntoma menos grave que la alucinación. Porque se suele pensar en alucinación como en el ejemplo anterior del elefante. Pero puedes alucinar escuchando frases que no tienen lugar pero que serían verosímiles o viendo cosas que podrían ocurrir que sin embargo solo ocurren en tu cabeza. La gasolina principal de alucinación y alucinosis son las drogas. Durante el consumo concreto y tras el consumo prolongado.