Ayer estuve en el hospital, operaban a mi hermano. Le metieron en el quirófano y familia y amigos nos quedamos en una sala-pasillo habilitada para la espera.
A las seis horas, alguien dijo a nuestra espalda el nombre de mi hermano y todos nosotros nos fuimos hacia él, esperando noticias. Se presentó como cirujano y nos dio la mano. Comenzó a decir que todo había ido bien mientras se despojaba de la mascarilla. Comentó que ahora nos tocaba esperar unas horas mientras se quitaba el gorro. Y debajo de este aparecieron miles de rizos rubios. Y a la espera de nuestra respuesta se quitó las gafas. Dejó de hablar y nos miró con los ojos muy abiertos y una leve sonrisa. Joder, era igual que Harpo Marx. Y a todos nos entró la risa.
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