lunes, 16 de julio de 2007

Los peluqueros de Cadiz

Dos amigos, tras recibir sendas herencias, montaron una peluquería sin saber cortar el pelo. Ya aprenderomos, pensaron. Los primeros clientes que tuvieron salieron trasquilados. Los segundos nunca llegaron. Pero los amigos, al no tener que vivir de lo que ganaban, cada mañana se cortaban el uno al otro el pelo. Más tarde barría cada uno una mitad de su local. Todos los días. Y así se jubilaron. Cerraron la peluquería y se fueron a vivir juntos. Para no tener que salir a la calle cuando querían cortarse el pelo.

1 comentario:

  1. Menos mal que no eligieron poner una clínica de estética...

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